sábado, febrero 24, 2007

vanguardia


Un artista decidió conservar en frascos de cristal cada una , o al menos una, de sus defecaciones diarias durante un año. La obra constaba de 365 mierdas en botes de cristal, cada uno con su fecha de "ejecución". La obra fué finalmente expuesta y vendida posteriormente a una empresa de perfumes, que por cierto presume de tener una gran colección de arte, en dos millones de dolares. El asunto es que un amigo del artista ha interpuesto una denuncia porque, según dice, a principios de verano el artista sufrió una gastroenteritis que le impidió defecar en forma solida teniendo que recurrir entonces a el amigo ( que no es artista) para que lo hiciera en su lugar durante ese proceso de diarrea continua, y poder así completar el trabajo con una cierta unidad. Ahora , lógicamente reclama su parte del dinero y por otro lado la empresa compradora se siente timada ya que no todas las mierdas eran del artista. No recuerdo el nombre del genio ni tengo fotos de la obra, de manera que tengo que recurrir a una foto de un artista de parecida condición y cotización semejante.

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