En el museo del Prado hay un cuadro gótico, una tabla, en la que se ve un trasplante de pierna entre un hombre blanco mayor , con una especie de lepra y un joven esclavo negro con aspecto sano. Lo increíble es que le amputan la pierna al esclavo pana implantarla en el hombre mayor y al mismo tiempo le implantan al negro la pierna enferma. No sé si sobrevivía alguno a aquellas primitivas operaciones. Morirían los dos , simplemente por la infección. Los antibióticos, de los que tanto se protesta hoy día, han salvado y salvan muchas vidas, aunque dentro de un orden. También, imagino, que aquella gente , con expectativas de vida no superior a treinta y cinco años, dato durante el reinado de Felipe IV, debían tener un sistema inmune muy superior , porque ya es un logro llegar al los treinta y cinco a través de dolores sin calmante e infecciones sin remedio. En el campo, en mi infancia, existían muchos remedios caseros. Aguardientes de falso anís , de camisa de culebra o de diferentes plantas silvestres. Brebajes para los dolores de vientre , liquidos y aceites para friegas...alguno los tuve que experimentar. Después del sarampión me daban baños con salvado , que es un resto del trigo. Eso limpiaba la piel una vez pasada la enfermedad. Ningúna persona de mediana edad tenía la boca completa. Lo normal era estar mellado.
Que buena palabra "estar mellado" Hace mucho que no la oía. El título del libro saltaría todas las alarmas en los tiempos actuales y el cuadro del Prado ya estaría en la hoguera.
5 comentarios:
" El negro que tenía el alma blanca" es un titulo muy curioso. Refleja una mentalidad.
En el museo del Prado hay un cuadro gótico, una tabla, en la que se ve un trasplante de pierna entre un hombre blanco mayor , con una especie de lepra y un joven esclavo negro con aspecto sano. Lo increíble es que le amputan la pierna al esclavo pana implantarla en el hombre mayor y al mismo tiempo le implantan al negro la pierna enferma. No sé si sobrevivía alguno a aquellas primitivas operaciones. Morirían los dos , simplemente por la infección. Los antibióticos, de los que tanto se protesta hoy día, han salvado y salvan muchas vidas, aunque dentro de un orden. También, imagino, que aquella gente , con expectativas de vida no superior a treinta y cinco años, dato durante el reinado de Felipe IV, debían tener un sistema inmune muy superior , porque ya es un logro llegar al los treinta y cinco a través de dolores sin calmante e infecciones sin remedio.
En el campo, en mi infancia, existían muchos remedios caseros. Aguardientes de falso anís , de camisa de culebra o de diferentes plantas silvestres. Brebajes para los dolores de vientre , liquidos y aceites para friegas...alguno los tuve que experimentar. Después del sarampión me daban baños con salvado , que es un resto del trigo. Eso limpiaba la piel una vez pasada la enfermedad. Ningúna persona de mediana edad tenía la boca completa. Lo normal era estar mellado.
Que buena palabra "estar mellado" Hace mucho que no la oía.
El título del libro saltaría todas las alarmas en los tiempos actuales y el cuadro del Prado ya estaría en la hoguera.
Bueno , el cuadro del Prado está expuesto.
Menos mal. En algún museo americano ya lo habrian retirado
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