Hoy no voy a trabajar. El estudio está tan recalentado y con tanta presión ambiente , que se hace muy duro el trabajo. Una de las cosas buenas de mi situación, es que no pasa nada por parar uno o dos días. Ni los coleccionistas del mundo mundial , ni los museos me lo van a echar en cara. Me he instalado a grabar en el cuarto de los ruidos. No es mucho menos caluroso. Un grado menos , eso sí , sin esa presión ambiente. Aguantaré un par de horas más o menos. No sé si esto es el verano de siempre o es mucho peor, yo recuerdo veranos aquí terribles día tras día y noches de calor sofocante. No recuerdo si era tanto o era más. La juventud lo hacía mucho más llevadero. Mentalmente no estaba en el calor.
Un buen amigo del pasado, un brujo de Santiago de Cuba, murió al parecer, hace unos años, de un infarto. Le había perdido de vista. Hubo un tiempo en el que nos veíamos a diario a la sombra de la Chamana. Él pertenecía al circulo de visiones . Nos llevabamos muy bien. En una ocasión me regaló una gran cabasa cubana que nunca he utilizado. Tenía una energía suave y tan fuerte que cerca de él te entraba sueño. Me consideraba un artista loco y me protegía, aunque a las mujeres les decía que mejor les iba si guardaban una distancia conmigo. Éramos jóvenes. Yo unos años más que él. Bailabamos en circulos sobre nosotros mismos hasta el trance. Éramos guerreros de la luz. Volabamos como águilas y caminabamos descalzos por el campo sin dejar ni huellas, ni rastro alguno. Saludabamos al Sol por la mañana y al ponerse sobre el horizonte. Aquello terminó de pronto. Nunca he vuelto a saber nada de la Chamana , que también me daba su protección. Ayer pregunté por ella a la persona que me habló de la muerte de Araél el cubano, nadie sabe nada de ella.
2 comentarios:
Hoy no voy a trabajar. El estudio está tan recalentado y con tanta presión ambiente , que se hace muy duro el trabajo. Una de las cosas buenas de mi situación, es que no pasa nada por parar uno o dos días. Ni los coleccionistas del mundo mundial , ni los museos me lo van a echar en cara. Me he instalado a grabar en el cuarto de los ruidos. No es mucho menos caluroso. Un grado menos , eso sí , sin esa presión ambiente. Aguantaré un par de horas más o menos. No sé si esto es el verano de siempre o es mucho peor, yo recuerdo veranos aquí terribles día tras día y noches de calor sofocante. No recuerdo si era tanto o era más. La juventud lo hacía mucho más llevadero. Mentalmente no estaba en el calor.
Un buen amigo del pasado, un brujo de Santiago de Cuba, murió al parecer, hace unos años, de un infarto. Le había perdido de vista. Hubo un tiempo en el que nos veíamos a diario a la sombra de la Chamana. Él pertenecía al circulo de visiones . Nos llevabamos muy bien. En una ocasión me regaló una gran cabasa cubana que nunca he utilizado. Tenía una energía suave y tan fuerte que cerca de él te entraba sueño. Me consideraba un artista loco y me protegía, aunque a las mujeres les decía que mejor les iba si guardaban una distancia conmigo. Éramos jóvenes. Yo unos años más que él. Bailabamos en circulos sobre nosotros mismos hasta el trance. Éramos guerreros de la luz. Volabamos como águilas y caminabamos descalzos por el campo sin dejar ni huellas, ni rastro alguno. Saludabamos al Sol por la mañana y al ponerse sobre el horizonte. Aquello terminó de pronto. Nunca he vuelto a saber nada de la Chamana , que también me daba su protección. Ayer pregunté por ella a la persona que me habló de la muerte de Araél el cubano, nadie sabe nada de ella.
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