Mi karma era raro. Debía tener cuídado. Estaba muerto de hambre haciendo autostop , bajo una intensa lluvia, entre París y Lyon. Para qué? Porqué? Había estado unas semanas en Arcueil, un suburbio de Paris, recojido en casa de una pintora de paredes a tanto el metro, que era la madre de una amiga que había conocido en Holanda. Me daba diariamente techo, un café sin leche en un vaso de zinc y un cigarro Gauloises sin filtro. Eran muy pobres. La policía me había pillado tocando y pidiendo en la calle. Mendigar estaba prohibido. El juez me dió veinticuatro horas para abandonar Paris. Iba hacia Lyon perdido, como perdido había llegado a Paris. Arrastrado rio abajo sin rumbo y sin ninguna razón. Había encontrado en la cuneta una botellita pequeña de licor de Pastis. Me la bebí de un trago. No daba para más. Eso me ayudó a combatir el frío y empezaba a estar muy mojado a pesar del plastico que llevaba encima. Lo compré en Amsterdam y me pareció práctico para dormir o encima o debajo, según se dieran las circunstancias. A veces recuerdo , la soledad, el frío, el hambre …la sinrazón de todo aquello. Creo que tenía veinte años. llegué a Lyon , trabajé en la vendimia y acabé por volver a Paris unas semanas más tarde con el dinero ganado. Una calamidad.
3 comentarios:
Mi karma era raro. Debía tener cuídado. Estaba muerto de hambre haciendo autostop , bajo una intensa lluvia, entre París y Lyon. Para qué? Porqué? Había estado unas semanas en Arcueil, un suburbio de Paris, recojido en casa de una pintora de paredes a tanto el metro, que era la madre de una amiga que había conocido en Holanda. Me daba diariamente techo, un café sin leche en un vaso de zinc y un cigarro Gauloises sin filtro. Eran muy pobres. La policía me había pillado tocando y pidiendo en la calle. Mendigar estaba prohibido. El juez me dió veinticuatro horas para abandonar Paris. Iba hacia Lyon perdido, como perdido había llegado a Paris. Arrastrado rio abajo sin rumbo y sin ninguna razón. Había encontrado en la cuneta una botellita pequeña de licor de Pastis. Me la bebí de un trago. No daba para más. Eso me ayudó a combatir el frío y empezaba a estar muy mojado a pesar del plastico que llevaba encima. Lo compré en Amsterdam y me pareció práctico para dormir o encima o debajo, según se dieran las circunstancias.
A veces recuerdo , la soledad, el frío, el hambre …la sinrazón de todo aquello. Creo que tenía veinte años. llegué a Lyon , trabajé en la vendimia y acabé por volver a Paris unas semanas más tarde con el dinero ganado. Una calamidad.
Nunca he sabido donde estoy o hacia donde voy.
Queríamos tener experiencias, buscar una vida diferente.
Una calamidad, si.
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