domingo, noviembre 05, 2023

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1 comentarios:

Blogger charligreus ha dicho...


Hoy he estado en el cementerio. He puesto flores a Borja. Estoy tan cerca y tan lejos de él allí en su tumba como en casa. Dentro de mí está muy presente. No me parece el cementerio un lugar vacío o especialmente tranquilo y desde luego no silencioso. Es como lo percibo. Los cementerios de las ciudades son muy grandes. San Isidro también lo es aunque está limitado por unas tapias. En Queens en N.Y.C se han comenzado a organizar enterramientos en vertical. Ocupan menos espacio y van en profundidad. El cementerio es una gigantesca barriada de tumbas, y como en la ciudad de los vivos, tiene zonas de fallecidos más ricos y zonas de gente más pobre. Lo cruzan estrechas carreteras, que a su vez unen otras zonas de la ciudad. San Isidro es mucho más pequeño, aunque ha crecido hasta el límite de la tapia Norte. Esa zona es de tumbas gitanas. Reflejan su cultura dada al brillo y a todo lo que reluce. Hay budas tornasolados , caballos rampantes de metal cromado, muchas flores de plástico que nunca se marchitan y en los nichos instalan escaparates con todo tipo de objetos de cristal y pedrería, que supongo que son relativos al pariente muerto. Zapatos, bolsos, carteras , coches y motos o adornos , como por ejemplo cisnes de cristal de colores … y estelas de marmol blanco con leyendas emotivas , escritas en letras plateadas o doradas.
Lo nuestro indudablemente es más sobrio.

3:00 p. m.  

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