El problema de Laporta es que vive en una realidad paralela y miente más que habla. Sánchez miente en esta realidad consciente de su impunidad. La mentira ya no es importante en nuestra sociedad. Ocupa la mayor parte de lo que se supone que es nuestra realidad, una amalgama de noticias elaboradas para modelar la opinión pública. El valor de la verdad o de la ética se considera solo válido en un entorno íntimo . En lo público , el fin justifica la mentira y la meta, no es otra cosa que el ejercicio del poder.
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El problema de Laporta es que vive en una realidad paralela y miente más que habla. Sánchez miente en esta realidad consciente de su impunidad. La mentira ya no es importante en nuestra sociedad. Ocupa la mayor parte de lo que se supone que es nuestra realidad, una amalgama de noticias elaboradas para modelar la opinión pública. El valor de la verdad o de la ética se considera solo válido en un entorno íntimo . En lo público , el fin justifica la mentira y la meta, no es otra cosa que el ejercicio del poder.
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