A lo largo de los años he tenído más veces la sensación de fracaso que la de triunfo. Sin duda. Lo peor era sentirse mal querido por esa causa. Al triunfador se le honra y se le quiere. En mi casa el fracaso podía convertirse, lo hacía, en un arma arrojadiza. Quédate ahí abajo y no te muevas. Con algunos amigos era igual. La forma de manifestar la envidia suele pasar por festejar el fracaso. Los seres humanos somos tamaño desastre. Arreglamos con heridas del prójimo las nuestras propias. Es la historia del mundo.
Hoy comienzan las rebajas. Es increíble la cantidad de gente en mi barrio de arriba para abajo entrando y saliendo de las tiendas. No les basta nunca, son mentes insaciables para el consumo. Conozco una persona que padece la enfermedad del consumo convulsivo, es una enfermedad que requiere tratamiento si se quiere curar. En una ocasión me acompañó al cementerio, era día de difundos , una tarde oscura, fría y con niebla. Encontró flores para consumir y antes de que me diera cuenta ya estaba comprando para mí y para una parienta suya y para llevarse a casa. Una forma de ansiedad emocional contínua , un sindrome de acumulación sin fín. Así es el mundo que supuestamente prospera y crea prosperidad. Gente en un estado de ansiedad que pierde la perspectiva sobre lo que verdaderamente necesita. En otros barrios no puede ocurrir. No hay dinero para eso. No son mejores personas o más equilibradas y estoy seguro que con posibilidades , la mayoría, se dejaría arrastrar por la ola del pensamiento de consumo. Es un dogma social . Es lo que se vende como mundo del bienestar. Se crea la necesidad y si se pone a tiro económico entro al trapo. Mueve la cadena. Desde ahí se nos pide salvar el planeta. Debe ser una broma.
El día 11 tengo cita en el lutier. El taller está en el corazón de Vallecas. Mucho parado sentado en la plaza, pocas tiendas que no sean la frutería, la carnicería, panadería , los chinos…y una economía muy diferente a la de mi zona. Unas pocas estaciones de metro y estas en otra realidad. Llegas desde otro mundo y todo te delata. Tu forma de hablar, tu especto, tu forma de mirar…eres de otro mundo y todo el mundo lo sabe. Eres un alien, un extranjero y canta a distancia que no eres del barrio. En el bar de la plaza de al lado , la dependienta, una rumana de mediana edad, me trata bien, es mutuo, y el dueño del bar que es castizo ya me ha mirado de arriba abajo un par de veces. No soy del barrio , pero no voy de bronca y seguro que se preguntan qué negocio me lleva por allí de vez en cuando. Tomo un café mientras me ponen a punto una guitarra, así es que no pueden verme con la funda en la mano.
4 comentarios:
Un río y tres árboles.
A lo largo de los años he tenído más veces la sensación de fracaso que la de triunfo. Sin duda. Lo peor era sentirse mal querido por esa causa. Al triunfador se le honra y se le quiere. En mi casa el fracaso podía convertirse, lo hacía, en un arma arrojadiza. Quédate ahí abajo y no te muevas. Con algunos amigos era igual. La forma de manifestar la envidia suele pasar por festejar el fracaso. Los seres humanos somos tamaño desastre. Arreglamos con heridas del prójimo las nuestras propias. Es la historia del mundo.
Hoy comienzan las rebajas. Es increíble la cantidad de gente en mi barrio de arriba para abajo entrando y saliendo de las tiendas. No les basta nunca, son mentes insaciables para el consumo. Conozco una persona que padece la enfermedad del consumo convulsivo, es una enfermedad que requiere tratamiento si se quiere curar. En una ocasión me acompañó al cementerio, era día de difundos , una tarde oscura, fría y con niebla. Encontró flores para consumir y antes de que me diera cuenta ya estaba comprando para mí y para una parienta suya y para llevarse a casa. Una forma de ansiedad emocional contínua , un sindrome de acumulación sin fín. Así es el mundo que supuestamente prospera y crea prosperidad. Gente en un estado de ansiedad que pierde la perspectiva sobre lo que verdaderamente necesita. En otros barrios no puede ocurrir. No hay dinero para eso. No son mejores personas o más equilibradas y estoy seguro que con posibilidades , la mayoría, se dejaría arrastrar por la ola del pensamiento de consumo. Es un dogma social . Es lo que se vende como mundo del bienestar. Se crea la necesidad y si se pone a tiro económico entro al trapo. Mueve la cadena. Desde ahí se nos pide salvar el planeta. Debe ser una broma.
El día 11 tengo cita en el lutier. El taller está en el corazón de Vallecas. Mucho parado sentado en la plaza, pocas tiendas que no sean la frutería, la carnicería, panadería , los chinos…y una economía muy diferente a la de mi zona. Unas pocas estaciones de metro y estas en otra realidad. Llegas desde otro mundo y todo te delata. Tu forma de hablar, tu especto, tu forma de mirar…eres de otro mundo y todo el mundo lo sabe. Eres un alien, un extranjero y canta a distancia que no eres del barrio. En el bar de la plaza de al lado , la dependienta, una rumana de mediana edad, me trata bien, es mutuo, y el dueño del bar que es castizo ya me ha mirado de arriba abajo un par de veces. No soy del barrio , pero no voy de bronca y seguro que se preguntan qué negocio me lleva por allí de vez en cuando. Tomo un café mientras me ponen a punto una guitarra, así es que no pueden verme con la funda en la mano.
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