Hace muchos años , en el esplendor hippie me perdí dentro de mi mochila en un viaje de LSD. Nada que ver con los “tripis” anfetamínicos que circulaban por aquí. El interior de mi mochila era un laberinto indescifrable, el interior de la ballena de Jonás o la puerta a una cueva sin fondo. Las mujeres usan bolso para llevar sus cosas siempre a mano. Ahora también muchos hombres llevan bolsa riñonera o una pequeña mochila. El bolso de las mujeres es un mundo y tiene que ver con su personalidad. Los hay pequeños , en los que solo entra la barra de labios, algún pañuelo y tal vez una pequeña cartera. Los hay de trabajo, decsalir y entrar, de fiesta, de viaje, medianos y grandes , incluso enormes. Una amiga lleva unos bolsos saco llenos de todo tipo de cosas, que le cuesta luego siempre mucho localizar dentro. En los tiempos hippies yo llevaba una bolsa de colores. Metía dentro un poco de todo y siempre la tenía a mano. Era una bolsa blanda de tela. Mi vida era entonces mucho más horizontal que hoy día y me resultaba práctico . Ahora no llevo. Me basta con bolsillos de cremallera. Es lo ideal. El problema es en verano. Suelo elegir pantalones con bolsillos amplios que cierren bien y con apertura recta. En una ocasión compré una mochila magnífica de piel vuelta color vino. Me bautizaron con el sobrenombre de ”marsupia” porque la llevaba delante como un canguro lleva a sus crías. La guardo en perfecto estado , pensando en que sería buena para llevar pinceles si salgo a pintar al campo…
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Hace muchos años , en el esplendor hippie me perdí dentro de mi mochila en un viaje de LSD. Nada que ver con los “tripis” anfetamínicos que circulaban por aquí. El interior de mi mochila era un laberinto indescifrable, el interior de la ballena de Jonás o la puerta a una cueva sin fondo. Las mujeres usan bolso para llevar sus cosas siempre a mano. Ahora también muchos hombres llevan bolsa riñonera o una pequeña mochila. El bolso de las mujeres es un mundo y tiene que ver con su personalidad. Los hay pequeños , en los que solo entra la barra de labios, algún pañuelo y tal vez una pequeña cartera. Los hay de trabajo, decsalir y entrar, de fiesta, de viaje, medianos y grandes , incluso enormes. Una amiga lleva unos bolsos saco llenos de todo tipo de cosas, que le cuesta luego siempre mucho localizar dentro. En los tiempos hippies yo llevaba una bolsa de colores. Metía dentro un poco de todo y siempre la tenía a mano. Era una bolsa blanda de tela. Mi vida era entonces mucho más horizontal que hoy día y me resultaba práctico . Ahora no llevo. Me basta con bolsillos de cremallera. Es lo ideal. El problema es en verano. Suelo elegir pantalones con bolsillos amplios que cierren bien y con apertura recta. En una ocasión compré una mochila magnífica de piel vuelta color vino. Me bautizaron con el sobrenombre de ”marsupia” porque la llevaba delante como un canguro lleva a sus crías. La guardo en perfecto estado , pensando en que sería buena para llevar pinceles si salgo a pintar al campo…
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