sábado, enero 29, 2022




1 comentarios:

Blogger charligreus ha dicho...

Hoy recordaba, mientras escuchaba canciones de J. Xerxes , el campo de mi infancia y de parte de mi juventud. No volveré a ver esos paisajes que son los que mi hermano Borja llevaba en el alma y donde estuvo tranquilo, no sé si feliz. Es inevitable recordar y ni siquiera son recuerdos concretos. Olores, luces, un cielo de un azul intenso como nunca he vuelto a ver, el calor , la tierra abierta bajo los pies, el zumbido de los moscones, los perros, el fuego en la chimenea, la luz de los carburos y su olor y de los quinqués , el sonido del viento entre las hojas de los olivos, las perrunillas, el regacho, la sombra de los eucaliptus sobre una manta de hojas caídas en la orilla. Su olor intenso, el croar de las ranas por la noche, el cuco lejano, el camino de Palomas , el pozo del cruce, el cortijo viejo, nunca silencio y nunca otra cosa que silencio interior . La vibración del campo.
Es pasado , en esta extraña existencia que es nuestra vida. Otros ocupan ese espacio y otros lo disfrutan o lo padecen. Mi lazo exterior está roto para siempre. Me quedan sensaciones, emociones y vagos recuerdos. Tenemos arrugas en la cara y cicatrices y heridas en el alma. No puedo ocultar las mías.

3:27 p. m.  

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